El Camino de San Andrés de Teixido

Pocos caminos tienen tanta magia y misticismo como El Camino a San Andrés de Teixido. Sus orígenes se remonta a tiempos neolíticos, como lo atestiguan multitud de leyendas que existen a su alrededor. En el peregrinaje a San Andrés se mezcla el culto cristiano con ritos paganos y tradiciones precristianas, como la creencia de que los reptiles e insectos que te encuentras por el camino son almas en peregrinación que no merecerán el descanso hasta que no lo hayan visitado.

Se dice que a San Andrés de Teixido “vai de morto o que non vai de vivo” (“irás de muerto si no has ido en vida”). Curiosamente coincide con la leyenda del Dios Donn, dios de los muertos de la cultura celta irlandesa, que también profecitó al morir: “a mi vendréis todos después de vuestra muerte”.

Según se dice, el origen de esta “maldición” fueron los celos de San Andrés con respecto a la peregrinación a Santiago de Compostela. Así, un día recibió la visita de Dios acompañado de San Pedro, que escucharon sus quejas. La promesa que le hizo Dios para que cambiara su situación, fue que a partir de ese momento a su santuario acudirían todos los mortales y que si no lo hacían en vida lo harían en espíritu, después de muertos.

El camino viejo de San Andrés comienza en el monasterio de San Martiño de Xuvia, en el municipio de Narón, cerca de Ferrol y supone un total de 42 kilómetros hasta llegar a la meta. Como suele ser habitual el propio camino es tan importante o más que el destino.

Existen multitud de rituales asociados al camino. Así, se dice que los que van a hacer el camino por primera vez, además de hacerlo con alegría, deben de coger una piedra y llevarla todo el camino en el bolsillo para lanzarla en el «milladoiro» al llegar a San Andrés, para dejar constancia de que ha cumplido con su peregrinaje. También hay un ritual para el camino de vuelta, que consiste en traer una vara de avellano (la protección o «Ramo de San Andrés») y una ramitas de tejo (en gallego es “teixo”, de donde viene el nombre el pueblo) como símbolo de salud.

La ciudad inundada de Portonovo de Valverde

A su paso por Valdoviño una leyenda asociada al camino, cuenta que en un punto limítrofe entre los ayuntamientos de Valdoviño, Narón y San Sadurniño hay una piedra que hace de puente de un pequeño afluente del río Donelle y que tiene una inscripción “M3T” (Marco de 3 Termos, que hace alusión al punto límite de los 3 ayuntamientos).

Dicha piedra, que se cree que fue extraída de la cámara de un dolmen, tiene una marca de una pisada, que según la tradición, fue dejada por Nuestro Señor Jesucristo cuando inundó una ciudad impía que allí se encontraba.

Según cuenta la leyenda, viajaba Cristo hacia el Monasterio de San Martiño de Xubia de vuelta de San Andrés de Teixido, cuando al llegar a la gran ciudad de Portonovo de Valverde se le rompieron sus sandalias. Mendigó unos zapatos viejos por todas las puertas de la ciudad en vano. Un zapatero que tenía su negocio abierto, golpeó en un ojo con las sandalias viejas y Cristo enojado, inundó de una pisada la ciudad de Valverde dejando la marca de su pie sobre la piedra.

Dicen que desde ese día los que viven junto al camino no se atreven a desairar a los peregrinos “por lo que pueda pasar”. Cuentan además, que se puede ver la ciudad inundada en el fondo del río las noches de luna llena e incluso si se golpea con una vara larga el fondo del río, se pueden oír las campanas de la iglesia.

A Capela Da Fame de Liñeiro

Esta capilla debe su nombre a que los peregrinos que venían de Ferrol, Xubia o Neda, descansaban a su alrededor para comer y reponer fuerzas. Era un punto de parada obligado y en ella se recababan cuantiosas limosnas que dieron lugar a un pleito entre Vilarrube y Vilaboa para determinar a quién pertenecía la capilla y con ella las donaciones e ingresos.

La capilla fue construida a finales del siglo XVI y es obra del presbítero de Vilarrube Don Pedro Tenreiro de Lago. Tiene un retablo de estilo renacentista con policromía sobre granito.

Sobre la puerta de la entrada se puede observar una cruz de San Juan y explica la existencia de una protección y auspicio de la Orden de Caballeros de San Juan de la propia capilla y de la peregrinación a San Andrés. La hidalguía de las comarcas de Trasancos, Labacengos y Arrós motiva también la construcción del hospital y capilla de Santa Margarida de O Val, seguramente por Fernando de Andrade.

Porto do Cabo

Porto de Cabo, junto al puente medieval del mismo nombre se encuentra en Vilarrube. Era el punto de encuentro de los peregrinos que venían de Portugal, Rias Baixas, Santiago, Ferrol y Neda con los que venía de As Somozas desde Castilla y Orense. Esto atestigua la importancia que tuvo esta ruta de peregrinación. Porto do Cabo era un hospital para peregrinos. El albergue más famoso se llamaba A Casa da Bastona.

Al pie del puente hasta mediados del siglo XX, unas hospederas especializadas en la atención de peregrinos, casi todas ellas de Sedes (Narón) famosas y apodadas las “caldupeiras” preparaban al aire libre el caldo que servían en grandes “cuncas” a los peregrinos por un “patacón” (moneda de 10 céntimos de peseta).

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